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Quién es Ana Médium?

  • Foto del escritor: Ana
    Ana
  • 11 may
  • 3 Min. de lectura



Soy Ana y me dedico a la mediumnidad desde hace casi tres años, pero esta trayectoria comenzó mucho tiempo atrás. Desde los 6 años, después de perder a mi abuelo, descubrí que tenía una habilidad especial para conectarme con el más allá. Podía comunicarme con el otro plano de forma natural y sorprendente, incluso veía a familiares fallecidos de compañeros de colegio. Esto generó llamadas de atención en la escuela, ya que algunos profesores no entendían por qué le hablaba a la amiga Jazmín de su abuelito muerto. Mi familia nunca me limitó, pero mi madre me pidió que solo le contara a ella cuando viera o sintiera algo, para evitar problemas. Durante mi adolescencia, guardé en secreto esta capacidad, pues enfrentaba cuestionamientos y burlas, y preferí no hablar de ello. En esa época, también aumentó mi habilidad de predecir eventos a través de sueños, especialmente situaciones negativas, lo que me generaba una gran responsabilidad y rechazo hacia mis propias capacidades.

A lo largo de mi vida, viví momentos que ahora reconozco como conexiones con el más allá. La primera experiencia significativa fue en la universidad, cuando percibí la presencia de una niña cerca de una compañera. Una vez, sin querer, le mencioné lo que veía. Ella reconoció esa información y, con el tiempo, pude reunirme con la madre de la niña para canalizarla en mi primera sesión, sin saberlo. Fue un momento emotivo y positivo, que me hizo sentir bien con mis habilidades. Sin embargo, no consideraba esto como un oficio hasta 2019, cuando mi vida cambió radicalmente tras una experiencia cercana a la muerte.

Durante una cirugía cardíaca, me descubrieron un tumor en el corazón y tuve que operarme de urgencia. Estuve clínicamente muerta y durante esa experiencia, sentí que podía estar en un plano de existencia paralelo. Pensé que era solo un sueño, pero era realidad: vi a mi gato fallecido y fue él quien me guió de regreso a mi cuerpo. Tras esa experiencia, me interesé profundamente en el mundo espiritual y animal, ya que también me reemplazaron parte de mi corazón con uno de un bovino, lo que me salvó la vida.

Durante años, intenté organizar y entender mi don mediante terapias varias (regresiones, reiki, constelaciones, registros), pero no lograba respuestas. Todo cambió en 2020, cuando hice un curso de mediumnidad que le dio sentido a lo que experimentaba, me ayudó a estructurar mis habilidades y a sentirme segura.

Nunca pensé en hacer de esto un trabajo, pero las recomendaciones comenzaron y, poco a poco, mi práctica se volvió frecuente, primero sin cobrar, solo para practicar. En esa época trabajaba en un emprendimiento que tuve por más de 10 años, pero que quería dejar. En 2022, decidí dedicarme formalmente a las sesiones. El 5 de agosto de ese año fue mi primera sesión como trabajo, y esa misma tarde falleció mi perrita más joven, a los 9 años, de manera repentina. Para mí, ella fue una señal, un puente hacia el otro lado, y todavía hoy ese dolor es uno de los más grandes que he sentido. Hasta entonces, no había conectado con animales, pero esta pérdida me hizo abrirme a esa oportunidad.

Desde siempre, mi vínculo con los animales ha sido muy fuerte. Estudié Artes Visuales, centrando mi trabajo en la relación entre humanos y animales, y después lancé un negocio de alimentos naturales para mascotas, inspirado en mi perro Monet. Me tomé un tiempo para vivir el duelo, retomé mis sesiones y comencé a reconocer que además de personas, podían aparecer los animales fallecidos. Comencé a conectar con mi gato y con mi July.

Me sumergí en cursos y libros para aprender a conectar con los animales de manera más coherente, y empecé a realizar sesiones de conexión animal, lo que ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida. A través de estas, entendí la vida y la muerte de mi pequeña y la honro cada día, acompañando en el dolor a quienes me permiten hacerlo, dejando en cada uno un poquito de ella.

Luego, creé redes sociales, que crecieron rápidamente, y mi agenda se llenó de personas interesadas en sus seres queridos y animales fallecidos. Todo ha fluido de manera natural; siempre sentí que esto era mi, solo necesitaba tiempo. Agradezco a quienes han confiado en mí y me han abierto ese espacio.

Si estás esperando, solo quiero que sepas que agradezco que hayas decidido creer en mí. Todo llegará en su momento y será perfecto. Gracias por interesarte en mi historia y acompañarme en este camino.

Un abrazo,

Ana

 
 
 

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